Regla #1: ESCRIBIR UN POCO CADA DÍA
Seguro que habréis leído docenas de decálogos y compendios que dan mil ideas para los escritores noveles. Podría deciros muchísimas pero estoy segura de que cualquier escritor estará de acuerdo conmigo. Hay que escribir cada día, convirtiéndolo en un hábito. Da igual si es en el ordenador, en una tablet, en una flamante Olivetti, o con lápiz y papel. Lo importante es que escribas. Si tienes una historia a medias y te quedas en blanco, no te quedes como un tarado delante de la pantalla, poniéndote cada vez más nervioso… Escribe. Lo que sea: Un sueño reciente que te ha llamado la atención, un incidente que protagonizaste en el supermercado, una anécdota de tu infancia…. Lo que te venga a la cabeza y te apetezca desarrollar. O aunque no te apetezca, pero si realmente deseas escribir, escribe.
Lo ideal es ponerse un mínimo cada día. 1.000 palabras por ejemplo, o, si no estás familiarizado con medir los manuscritos por palabras, proponte escribir cada día una paginita, pero cúmplelo. ¡Es fácil! ¡Ya verás qué bien te sientes cuando lleves una serie de días seguidos con el objetivo conseguido! Además, ejercitarás tu cerebro para que se fije más en lo que te rodea, para que saboree los pensamientos que crucen tu cabeza, componiendo, casi inconscientemente, las palabras que saldrán de tus dedos esa misma noche.
Otro día hablaré de mi método para llevar un seguimiento en Excel de los avances con un proyecto literario.
Ana Olivia Fiol
Diario de una escritora fantasma
Deja una respuesta