Érase una vez, en una pequeña isla mágica, una niña que nació a las orillas del Mediterráneo.
Se crió en un lugar privilegiado, una de las zonas más bellas de Ibiza, «Las Salinas», concretamente en Es Cavallet. Lugar donde sus padres, Jorge y Ana, vivían en una antigua casa payesa, y dirigían el restaurante que allí habían creado a finales de los años setenta. Cómo auténticos pioneros anteriormente habían abierto en la misma playa un pequeño establecimiento a los pies de la arena, el cual hoy conocemos como «Chiringuito Es Cavallet» y algunos años antes, al mismo tiempo que Harvey Milk luchaba por los derechos de los homosexuales en San Francisco, ellos abrían el genial «Chiringay», creando un espacio paradisíaco y exclusivo para un sector muy prometedor.
Ana Olivia asistió a un peculiar colegio en el que, en total, apenas llegaron a superar los veinte alumnos, y eso le confirió, junto a todos sus compañeros y compañeras, una educación sólida y familiar, de la mano de la mejor profesora del mundo: la ultramultidisciplinar Ángela.
Desde pequeña dio rienda suelta a su imaginación, ya fuese pintando, dibujando, escribiendo obras de teatro ambientadas en el antiguo Egipto, o creando esculturas con un poco de cinta carrocera y cualquier material que se le pusiese por delante. Incluso la lavadora y la nevera de la casa acabaron pintadas de estampado de cebra de forma escandalosa.
Ibiza es una isla especial. Mágica. Diferente. Ibiza inspira y enamora. Ibiza convierte a las personas que la visitan en algo mejores de lo que eran, siempre y cuando sepan absorber la fuerza y la pasión que nuestra isla posee y no se dejen llevar por placeres más superficiales o sibilinos.
Ana Olivia lleva la energía de esa Ibiza en sus venas, y puede respirarse a través de los poros de cada uno de sus trabajos. Un mundo interior que honra la mitología y la historia antigua más hermosa, con raíces fenicias, púnicas y cartaginesas, sin olvidar el espíritu trasgresor que caracteriza a la isla más divertida del mundo.
Especialmente estimulante fue la época en la que colaboró con discotecas ibicencas, como Privilege o Pachá, creando diseños para flyers e incluso autorretratándose de forma cómica para ilustrar los pósters. En mayo de 2000 fue escogida para presentar la entrega de premios internacionales DJ AWARDS, donde premió, con las originales «kryptonitas» a estrellas como Sven Väth o Carl Cox. Un detalle: lo hizo caracterizada como Medusa, el personaje mitológico, pero en versión techno, en verde flúor y con el cuerpo pintado de piel de serpiente.
Para seguir formándose y alcanzar sus objetivos, tras una fabulosa y memorable estancia en la escuela de Artes y Oficios de Ibiza, aterriza en la Ciudad Condal para estudiar Comunicación Audiovisual, especializándose después en Fotografía de moda.
En sus inicios tuvo la suerte de colaborar, haciendo de asistente, con prestigiosos fotógrafos, de los que pudo aprender muchísimo y pasarlo de maravilla. Por aquel entonces Photoshop era «ese nuevo invento» y ella enseguida se especializó en este programa, al que siguieron otros como Illustrator o Corel Draw.
Sus fotos han ilustrado catálogos, reportajes y editoriales de moda de diferentes revistas, aunque ella se siente especialmente orgullosa de su publicación en Playboy. Una sesión gamberra y divertida que tuvo a todo el equipo haciendo el indio durante dos días en una célebre peluquería de Badalona.
Tras algunos años dedicándose a la moda, al diseño gráfico y a la fotografía, a finales de 2011 creó su propia marca a la que ha llamado OLIVIA DE IBIZA.
Es una realidad gracias a la alianza con un importante grupo textil catalán, y desde verano de 2012 cada colección ha ido superando poquito a poco a la anterior, a pesar de los tiempos duros que reinan en este mundo, y especialmente en el sector de la moda.
Ana Olivia tiene varios proyectos iniciados, algunos relacionados con el universo de las artes y otros no. Muy pronto podrán conocerse más novedades de todos ellos.