Una de las cosas más difíciles para un escritor fantasma es ponerse en la piel de quien está firmando el libro que tú vas a escribir. Yo llevo ya años haciéndolo, pero diría que lo fui aprendiendo instintivamente. No creo que haya unas normas rígidas y fiables que les sirvan a todo el mundo y quizá haya compañeros de profesión que no compartan estas técnicas, pero bueno, son las mías y espero que puedan serles útiles a otras personas.
Cuando he de iniciar un nuevo proyecto de Ghostwriting, la primera fase, y la más agotadora es la de búsqueda de información y documentación, o research. En algunos casos esta etapa se centrará en una serie de entrevistas con una o con varias personas, de las que extraer la información que te interesa. Por supuesto también es importante conocer en lo posible al autor para el que voy a escribir, aunque esto depende del contenido que se espera que tenga el manuscrito final. Mediante estos encuentros, además de grabar las entrevistas, preguntar todo lo que necesito y profundizar en las historias que me confían, trato de recopilar pequeños detalles. Intento «radiografiar» a quien tengo delante, especialmente a la persona que tendré que «interpretar» a través de las palabras, y me fijo en la forma en que coloca las manos al hablar, dónde mira cuando te habla, qué tipo de zapatos lleva, si se detecta alguna particularidad en su habla, si repite alguna expresión o muletilla cuando baja la guardia, si bebe agua, gintonic o café… A veces puedo no estar de acuerdo con lo que esa persona piensa, pero precisamente ahí radica lo más interesante de esta profesión, puesto que te tienes que meter en la piel de personas distintas a ti. Os reiréis… pero consiste en aplicar de alguna forma El método Stanislavski. Hay muchos libros al respecto, y otras muchas técnicas inspiradas en ésta que podéis consultar pero básicamente se trata de identificarte tanto con esa persona que has de interpretar, y que tú mismo has construido con anécdotas, historias de su pasado, retazos de su pensamiento y otros detalles de su carácter y apariencia, que, una vez asumida su personalidad te llevarán a actuar como este personaje lo haría.
No es una tarea que hagas en 5 minutos, ni en una sola tarde. Requiere trabajo y esfuerzo, pero te será más fácil si estás familiarizado con la meditación. Sí, he dicho meditación. No hace falta ser budista ni haber nacido a las orillas del Ganges para meditar, de hecho, hay maneras muy cotidianas de hacerlo, (sin la necesidad de tener música zen e incienso), que te podrán resultar muy útiles para enfocar tu mente en la tarea que te has marcado, e incluso filtrar los pensamientos molestos que te puedan distraer y trabajar desde tu conciencia más pura. Más o menos como si desactivaras todas las ventanitas y los programas que se ejecutan en segundo plano en un ordenador y te quedaras con una única página, la que recibirá con agrado el volcado de datos cruzados que estás a punto de plasmar en ella mediante el teclado.
De alguna forma, es como si te pusieras una máscara y escribieras interpretando lo que debería sentir la persona que estás representando en ése momento, pero no te agobies si al principio no ves un resultado claro y te sale todo muy plano y predecible. Las posteriores reescrituras serán cruciales para darle a cada personaje pinceladas de personalidad que lo harán más creíble, pero eso es algo que nos ofrecerá mayor margen de maniobra en una novela, no tanto en un ensayo o una biografía. Aún queda muchísimo que hablar de personajes de ficción. Me lo apunto para otro día.
¿Sabéis qué actores basan (y basaron) su trabajo de interpretación en el Método Stalinslavski y la adaptación de Lee Strasberg?
Marlon Brando, James Dean, Montgomery Clift, Paul Newman, Steve McQueen, Robert De Niro, Dustin Hoffman, Al Pacino, Harvey Keitel, Martin Landeau, Jack Nicholson, Sissy Spacek, Christopher Walken, Anne Bancroft, Marilyn Monroe…

Si mirásemos la lista de ganadores de un Óscar de la academia entre los años 50 y los 80, encontraríamos un elevadísimo porcentaje de actores centrados en estas técnicas, y hay actores de las nuevas generaciones que también se incluyen en este club. Hablaré de ello un día que toque comentar guiones cinematográficos.
Bueno, esta ha sido la idea de hoy. Espero que os sea útil, y espero también que me hagáis llegar vuestras dudas y preguntas, estaré encantada de responderlas y de ayudaros en lo que pueda.
Ana Olivia Fiol
Diario de una escritora fantasma
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