Llevo muchos días sin escribir una palabra en el blog… pero hay una razón para ello. No sólo es culpa del trabajo, de lo que he de escribir en lugares varios, que sigue siendo algo a lo que he de dedicar un tiempo cada jornada. De mis teclas salen una media de 2.000 palabras al día. ¿Qué cuanto es eso en páginas? Pues depende de la fuente, del interlineado y de muchas cosas más. Acostúmbrate a medir las cosas por palabras, amiguito, te será más fácil en esto de la escritura creativa o de la letras mercenarias, que es más o menos lo que yo hago.
La mitad de mí que no escribe, hace fotos. Algo obvio si uno curiosea por esta humilde página. Y aunque en otras etapas de mi vida he estado mucho más pegada a la réflex que ahora, hace un tiempecito que soy miembro de una asociación llamada Fotoclub f/Llum, en Ferrerías (Menorca) con quienes llevo desde febrero colaborando en tareas de Comunicación para llevar a cabo un evento muy peculiar. Los preparativos han sido divertidos, pero intensos, y he tenido que robar horas al sueño para hacer malabares con la agenda. Podéis curiosear en la web de esta cita para fotógrafos que he ayudado a organizar y que se llama «Menorca a la Vista». Estoy muy contenta con el resultado; el marketing de contenidos ha logrado que esta web esté posicionada en la primera página con muchísimas de sus URL, logrando muchísimas visitas al día, con la llegada constante de nuevos fans en todas las Redes Sociales. Además la experiencia en medios de comunicación ha sido muy buena, especialmente con Onda Cero. Nos han dedicado espacios exclusivos donde poder hablar de lo que hacemos en Menorca a la Vista, del apoyo a la candidatura de «Menorca Talayótica» como patrimonio de la humanidad de la UNESCO, y también de los geniales ponentes con los que hemos contado:
Manolo Laguillo, Alberto García-Alix y una foto-tertulia dedicada a Toni Catany.
He disfrutado mucho de cada momento, y he aprendido un montón con las didácticas y excelentes clases de Manolo Laguillo, pero he de admitir que me he quedado fascinada con Alberto García-Alix. Primero vimos la película «De donde no se vuelve» una verdadera obra maestra, que comienza en China, desde donde el autor va recordando su pasado a través de sus fotos, profundizando en sus recuerdos, reflexiones y sueños, a través de su voz, con un texto desgarrador, meditado y cargado de verdades. Alberto me contó en la cena que estuvo 8 meses en China, encerrado, escribiendo el guión para esta película, luchando por cada palabra, exprimiendo cada punto, cada coma, cada oración. Y sin duda, sus esfuerzos han valido la pena. Componiendo un texto a veces autobiográfico, a veces alegórico, logra que no quieras alejar la mirada de la pantalla ni un instante, y que te quedes hipnotizado por su narración. Su prosa, con poesía en el alma, te coge de la mano y te adentra en su historia, en sus memorias, en sus ausencias y en sus presencias; en el por qué de cada fotografía, en el sentido de la vida misma.

Una colección de retratos es una colección de futuros cadáveres
Esta es una de las muchas reflexiones que impregnan la película, una de las que más me marcaron. La proyección tuvo lugar el pasado viernes y hubo unos 90 asistentes. Una cifra récord para una isla como Menorca en un evento de este tipo, y lo mejor de todo fue poder contar con la presencia de Alberto tras la película respondiendo las dudas y preguntas que hubieran surgido, hablándonos más de su trabajo, de sus experiencias y de algunos porqués. Sin embargo, nosotros hemos sido unos privilegiados porque la relación de García-Alix con Menorca a la Vista no quedó aquí. Al día siguiente impartió una inolvidable e intensa MasterClass, donde algunos de los participantes fueron retratados por su cámara, al mismo tiempo que compartía con nosotros su modo de componer una imagen, su mirada a la hora de fotografiar, su receta alquímica para hacer ésa magia que lo caracteriza…


Ha sido una experiencia fascinante y enriquecedora. Pensaba que después de haberme especializado en fotografía estudiando cuatro años y tras estar haciendo fotos profesionalmente desde el año 98 no tenía mucho que aprender a nivel técnico… pero he aprendido muchísimo a lo largo de este fin de semana. Quizá más a nivel humano, sobre la forma de asomarse al corazón de la otra persona, dando vida a un retrato único que la caracterice… algo que no se aprende en los libros ni en las escuelas. Y además, me llevo un tesoro muy especial de esta experiencia. Su libro de Diaporamas, del que hablé en un artículo de la web de menorcaalavista.com hace unas semanas. Dedicado.

Tengo muchos artículos e ideas que escribir en el blog, espero hacerlo en los próximos días. De momento, me voy a dormir, que aún arrastro el cansancio, aunque sigo respirando la fascinación que siento por este artista que he tenido el honor de conocer, compartiendo además cenas, comidas, tertulias y encantadoras conversaciones. Estoy segura de que, tras este post, querido lector, no dudarás un instante para lanzarte a ver la primera exposición suya que veas anunciada en tu ciudad. Te aseguro que será algo exquisito.
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