Es algo que siempre me ha gustado hacer. Cada vez que inicio un proyecto (literario o de otro ámbito) le dedico una libreta. No sé si llamarlo superstición, ya que no me considero nada supersticiosa, pero sí me parece una forma cómoda y limpia de reunir la información que ese proyecto requiera y poder enfocar mi energía en él.

Formas de organizarse

Quizá, como suelo trabajar en varias cosas a la vez, necesito que mi subconsciente se dé cuenta del cambio de escenario mediante un soporte físico, no sé. Pero el caso es que es muy chulo verlas todas juntitas en la estantería. Algunas de ellas, pertenecientes a proyectos que se quedaron a medias y que otros quizá ya habrían tirado a la basura, abrumados por el fracaso. Emprender un tema y que al final no salga bien, no es un fracaso, que nadie te convenza de ello. Simplemente es un paso más de tu aprendizaje, y por cierto, es algo que en Estados Unidos valoran mucho que una persona haya fracasado en el pasado, porque estará más preparado para ver venir las adversidades y actuar en consecuencia que otra persona que nunca se haya enfrentado a nada parecido.

Si estas preparando tu novela, ve a buscar la libreta perfecta. Si eres de los que tiene debilidad por el material de oficina como yo… ¡uf! te será difícil escoger entre tantos notebooks y cuadernos bonitos que hay por ahí, pero elige alguno que te inspire, que tenga relación con lo que escribes, y procura anotar dentro todas las ideas que surjan y llenarla de los post-its, recortes y dibujitos que consideres. Si al final tu novela es un bombazo y haces historia, tus fans valorarán una edición especial con todos esos apuntes y garabatos que forman el making-of.  ¡Je,je! ¡Menudo pensamiento más optimista! Hasta a mí me asombra. Será que este 2016 viene cargado de buenas sensaciones.

Como ya he dicho otras veces, estoy abierta a resolver tus dudas literarias. Puedes contactarme por Facebook o por el formulario que se despliega desde la esquina inferior derecha.

Ana Olivia Fiol

Diario de una escritora fantasma